Instalación de calefacción
Existen actualmente dos formas principales de repartir el calor en una vivienda: agua caliente y aire caliente. La generación del calor puede realizarse utilizando el gas ó el gasoil como combustible. La calefacción por medio de agua posee la ventaja de que los conductos son más reducidos de diámetro y más fáciles de integrar en los muros y forjados. A pesar de ello, los aparatos radiadores, suponen un estorbo y no tienen valor estético.
La calefacción con aire caliente impulsado al interior de una vivienda con estructura de madera es una solución ideal. La vivienda con estructura de madera, al tener una inercia térmica reducida, necesita pocos minutos para alcanzar una temperatura agradable. Cuando la temperatura baja, se calienta de nuevo enseguida sin que haya un sobrecalentamiento desagradable. La consecuencia directa de las bajas pérdidas térmicas de las construcciones con estructura de madera es la necesidad de una pequeña cantidad de aire caliente. En consecuencia podrían bastar conductos de aire de un diámetro reducido. Será además posible reducir la velocidad del aire en las salidas de las bocas de aire de manera que los desplazamientos de aire evitan la formación de corrientes. Se podrá mantener el aire caliente a una temperatura inferior a los 50ºC, lo que permite evitar malos olores.
La calefacción con aire caliente requiere un estudio minucioso a realizar en función de la concepción de la estructura de madera. En el caso de construcciones de una planta, donde los conductos pueden estar integrados en la losa de hormigón o bajo el forjado de planta baja, no hay complicaciones. En las viviendas de una o dos plantas, los montantes pueden ser instalados en los muros o en los armarios. En el primer caso, se tratará de cortar las piezas horizontales, lo que no tiene normalmente ninguna repercusión, a condición de utilizar muros interiores y preferentemente no resistentes.
El aire impulsado desembocará preferentemente bajo las ventanas, que es donde más pérdidas se producen. Se efectúa una mezcla de aire caliente que sube con aire frío que baja. El aire se aspira a través de pequeñas rejillas o las rendijas inferiores de las puertas. No hace falta decir que no se colocan aspiraciones en baños, cocinas y garajes. La rejilla central de retorno, que conduce el aire aspirado hacia el intercambiador térmico, se coloca en el hall. La aspiración de aire del exterior, la humidificación y el filtrado no suponen ningún problema.
La cámara de aire situada bajo el forjado de planta baja, si se concibe y se aisla bien, puede servir de plenum para el aire impulsado y es una solución muy simple: el aire se aspira en el plenum y remonta por las bocas situadas debajo de las ventanas. En el plenum la temperatura se eleva a una media de 30-35ºC y esto asegura otra ventaja que es la de tener el suelo bajo la casa a una temperatura elevada.
En una vivienda perfectamente aislada, el hecho de no calefactar las habitaciones que se usan poco o nada, no supone una ventaja; en efecto, en este caso el calor no está bien repartido en el interior de la vivienda y la humedad se eleva considerablemente en las habitaciones no calefactadas, lo que conviene evitar en una construcción con estructura de madera.
El sistema de calefacción en base a conductos de agua caliente tiene algunas ventajas con respecto al sistema de aire como es la facilidad de ejecución de la propia instalación, la mayor economía de dicha ejecución y el hecho de que la ventaja del sistema de aire que consiste en poder enfriar en verano, no lo es tanto en algunas regiones en que las necesidades de refrigeración son muy reducidas en el tiempo y en intensidad.
Los conductos de agua son de diámetro reducido y pueden pasar más fácilmente que los de impulsión de aire. El calentamiento de la casa se produce de manera más lenta que en el sistema de aire, aunque es un sistema más económico en cuanto al consumo.
Economía anual de combustible
Es interesante realizar una comparación de los niveles de aislamiento de una vivienda construida con estructura de madera y una construida con el sistema convencional de hormigón y fábrica, para ver después la diferencia de las necesidades de calefacción entre los dos sistema. Consideramos una vivienda de 96 m2 de planta, con tres plantas en total; planta de sótano, planta baja y planta primera. La planta de sótano está realizada con un muro de sótano de hormigón armado al que se le ha trasdosado un tabique de madera aislado. Consideramos la misma solera y los mismos acristalamientos para las dos viviendas. Para la construcción convencional hemos tomado como muro exterior uno formado por un medio pie de ladrillo hueco doble con plaqueta al exterior, con cámara de aire y aislamiento de 4 cm y ladrillo hueco doble enfoscado y pintado al interior. En la cubierta se ha considerado un forjado con bovedilla cerámica horizontal, aislamiento de 4,5 cm, tabiques palomeros y losa inclinada de hormigón de 20 cm. En la construcción de madera se toma un muro exterior con montantes de 14 cm y aislamiento de lana de roca de 14 cm, tablero de fibra interior y exterior, tablero de hormigón de 1,5 cm pintado al exterior, y tablero de cartón-yeso al interior. Para la cubierta se han colocado 20 cm de lana de roca.
SISTEMA CONSTRUCTIVO | Vidrio | Muro exterior | Cubierta | Solera | Muro Sótano |
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Kg (Kcal/h m2 ºC) | Kg (Kcal/h m2 ºC) | Kg (Kcal/h m2 ºC) | Kg (Kcal/h m2 ºC) | Kg (Kcal/h m2 ºC) | |
Tradicional | 2,5 | 0,51 | 0,46 | 0,44 | 2,17 |
Madera | 2,5 | 0,24 | 0,18 | 0,44 | 0,79 |
SISTEMA CONSTRUCTIVO | Kg. del Edificio | Kg. Máx admisible | Necesidad Calefacción (W/ºC) |
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Tradicional | 0,68 | 0,89 | 451,6 |
Madera | 0,38 | 0,89 | 253,6 |
La tablera muestra claramente la economía realizada en el caso de una vivienda de estructura de madera aislada. Mencionemos igualmente que gracias al mayor confort térmico, encontramos en una vivienda de estructura de madera bien aislada un hábitat agradablemente calefactado a una temperatura más baja que la necesaria para obtener el mismo resultado en una vivienda de construcción convencional poco aislada.